El Tiempo: Aliado o Enemigo
De Isabella.-
Numerosas veces nos preguntamos qué sentido tiene nuestra existencia, como si no fuera absurdo, ambiguo y simplemente incognoscible. ¿Por qué gastar esos momentos de reflexión en una incógnita tan impredecible, tan desgastante, tan cruel ante su enigmática naturaleza?; el ser, como una máquina que busca control de su rumbo, siempre se consume y se deteriora ante la insoportable realidad de la supervivencia, ya que al final, todo es limitado y dictado por un algo, un concepto amplio e indescifrable pese a su base y visión ilustrada desde las ramas humanísticas y exactas, ese algo a lo que llamamos tiempo.
El ser, entre tal línea de período cambia, se desarrolla y aprende como un ciclo natural que surge con un inicio y concluye con un final; antes de su ineludible desenlace, la existencia que perduró entre esos extremos temporales es un bucle de experiencias, una montaña rusa de sentimientos, un cóctel de pensamientos y un cúmulo de aprendizajes que testifican nuestro razonamiento, así como un maestro que consume a sus discípulos cuando todas sus etapas se han superado, al menos desde una perspectiva optimista. Pero, cuando la levedad del individuo lo lleva a desgastar y desperdiciar ese tiempo, lo que encuentra es un vacío mental de identidad que deforma todo pilar social e individual de su miserable subsistencia, dejándolo como un títere de sus propios errores; la vida, como realidad de un ente es un estado de presencia y esencia que impredeciblemente abraza y sujeta al dolor y al sufrimiento como una cadena sin candado; pero es decisión de cada sujeto si se deja sucumbir al padecimiento y renuncia a la búsqueda del valor de su vida, así como dijo Goethe alguna vez “Qué insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente”.
Por tal motivo, pese a todo, eso a lo que llamamos tiempo no es solo más que una advertencia ante la inevitable muerte; el ciclo sigue consumiendo a sus víctimas, pero nosotros lo dejamos cuando él lo decreta, de ahí a que nosotros lo aprovechemos es nuestro asunto, nuestro propósito, entonces, el tiempo es un limitante o un ayudante? ¿Acaso él nos ayuda a temer? El miedo es trascendental en la acción, por tanto, ante su infalible determinación de acabar con todo sujeto, el mismo adopta medidas para retrasar lo inexcusable. El final es irremediable y ante la realización de la crueldad, el ser busca desenfrenadamente la adecuada actividad, pasión y frenesí para gastar el momento de la mejor manera, pues al final, se aproveche o no, el tiempo no perdona ni la apatía ni la vehemencia.
De Fabián.-
¿Qué podemos entender por el tiempo? Muchos dirán que es un concepto matemático o físico, más que todo por la manera en que la gente lo visualiza. No obstante, el tiempo también puede tener otras definiciones, como puede ser la filosófica, lingüística o metafórica. Por lo que, desde mi punto de vista, trataré de abordar el concepto desde una perspectiva ontológica. Si nos preguntamos qué es lo más importante de la vida, ¿Qué respuesta obtendremos? Seguramente, una ambigüedad, por lo que en este escrito se resaltará y redactará lo más importante en torno al interrogante de qué es el tiempo mediante un escrito desde mi propia perspectiva sobre el concepto.
Entonces, lo que hace al tiempo aún más valioso es que, tarde o temprano, llega a su final. No podemos ejercer control sobre ello; Intentarlo sería tratar de evitar lo inevitable, y al ver la muerte como el destino final, nos hace comprender que el tiempo que tenemos es limitado, y que este mismo es un regalo que no se debería desaprovechar. Hay que tener responsabilidad moral con el tiempo que se nos ha asignado a cada individuo, y hay que vivir de una forma enteramente auténtica para que nuestras huellas dejen marcas en el futuro.

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